El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, informó que un total de 3,500 militares han sido enviados a la entidad para restaurar la paz tras la violencia desatada el pasado jueves, principalmente en la capital, después de la captura de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán.
Según el gobernador, ya se han garantizado las condiciones de seguridad en el estado y se ha reforzado la vigilancia con elementos del Ejército, la Guardia Nacional y la Secretaría de Marina. El mandatario aseguró que la presencia federal durará tanto tiempo como sea necesario, aunque se evitará instalar un estado de sitio.
Durante el día de ayer, las autoridades estatales se ocuparon de retirar los vehículos quemados y de abrir las vialidades. Un adolescente de 14 años resultó herido durante los sucesos y fue trasladado al hospital, donde fue sometido a cirugía y se encuentra en terapia intensiva. Se investiga cómo ocurrió el incidente. Un elemento de la policía estatal falleció mientras defendía y protegía a la ciudadanía y 17 efectivos resultaron lesionados, ocho de los cuales aún se encontraban hospitalizados, dos de ellos en estado grave.
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