Decenas de miles de manifestantes ataviados con prendas de color rosa participaron el pasado domingo en marchas realizadas tanto en ciudades de México como en el extranjero, en lo que denominaron una “marcha por la democracia” en oposición al partido gobernante antes de las elecciones del 2 de junio.
Los partidos de la oposición convocaron estas protestas, las cuales abogaron por elecciones justas e imparciales en el país latinoamericano y condenaron la corrupción. En simultáneo, Claudia Sheinbaum, considerada como la favorita en las encuestas para las elecciones presidenciales, oficializó su candidatura por el partido gobernante Morena. Según datos gubernamentales, alrededor de 90,000 personas se unieron a la manifestación.
Sheinbaum es ampliamente percibida como la candidata que continuará la línea del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien cuenta con un gran respaldo de votantes. Estos sostienen que en 2018 desplazó del poder a los partidos vinculados a las élites del país y que representa a la clase trabajadora.
Sin embargo, el presidente de 70 años también ha enfrentado acusaciones de adoptar medidas que amenazan la democracia. El año pasado, el mandatario redujo los fondos destinados al Instituto Nacional Electoral, responsable de organizar las elecciones, y debilitó la supervisión del gasto en las campañas, acciones que, según la directora del INE, podrían poner en peligro el propio sistema democrático. Los manifestantes han adoptado el color rosa, símbolo de la agencia electoral, como emblema de sus protestas.
López Obrador también ha dirigido ataques a periodistas durante sus extensas conferencias de prensa, ha criticado de manera frecuente al poder judicial mexicano y ha expresado la idea de que los jueces forman parte de una conspiración conservadora en su contra.
Fuente de información: Los Angeles Time