El 14 de junio se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre, con el objetivo de fomentar la donación voluntaria y regular de sangre.
Donar sangre es un acto de solidaridad crucial porque no se puede fabricar; solo se obtiene de personas dispuestas a donarla. Para asegurar que todos los pacientes que la necesiten tengan acceso a este recurso vital, es esencial contar con donaciones voluntarias y frecuentes, que garantizan la disponibilidad en los bancos de sangre.
La sangre se utiliza comúnmente para tratar a mujeres con complicaciones del embarazo, como embarazos ectópicos y hemorragias, así como a niños con anemia grave, víctimas de accidentes y pacientes sometidos a cirugía o que padecen cáncer.
5 mitos sobre la donación de sangre:
“Tengo tatuajes, no puedo donar”
Este mito es falso. Las personas con tatuajes pueden donar sangre siempre y cuando hayan pasado al menos seis meses desde la última vez que se hicieron un tatuaje. Esta misma regla aplica para los piercings. El período de espera es una medida de seguridad para garantizar que no haya infecciones recientes.
“No puedo donar porque tomo medicación”
La realidad es que muchas personas que toman medicamentos pueden donar sangre. Medicamentos como analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínicos, tratamientos hormonales, ansiolíticos y medicamentos para la presión arterial son generalmente compatibles con la donación. Sin embargo, aquellos que están tomando antibióticos, anticoagulantes, medicamentos oncológicos o insulina no pueden donar. Para otros medicamentos, se realizará una evaluación durante la consulta pre-donación para determinar si es seguro proceder con la donación.
“Soy hipertenso y no es compatible”
Este mito es incorrecto. Las personas con hipertensión pueden donar sangre si su presión arterial está bien controlada con medicación. Antes de la donación, se mide la presión arterial y los niveles de hemoglobina para asegurarse de que están dentro de los límites seguros.
“Me da miedo, el proceso es doloroso”
Donar sangre no es un proceso doloroso y es bastante rápido. La experiencia es similar a la de una extracción de sangre común, con solo una pequeña molestia al insertar la aguja. La mayoría de las personas no sienten más que una leve incomodidad durante la donación y pueden volver a sus actividades normales poco después de completar el proceso.
“Hoy no puedo, ya desayuné”
Es un error pensar que debes estar en ayunas para donar sangre. De hecho, no es recomendable donar con el estómago vacío. Es aconsejable haber desayunado y mantenerse bien hidratado antes y después de la donación. Esta confusión suele surgir porque los análisis de sangre sí requieren estar en ayunas, pero para donar sangre, es mejor haber comido algo ligero.
La donación de sangre es un acto esencial y accesible para muchas personas, desmitificando varias creencias erróneas. La presencia de tatuajes o piercings, el uso de ciertos medicamentos, la hipertensión controlada y haber comido antes de donar no son impedimentos para contribuir a esta causa vital. Es fundamental mantenerse informado y seguir las recomendaciones adecuadas para garantizar una donación segura y efectiva, ayudando así a salvar vidas y mantener los bancos de sangre abastecidos.