El olvido paulatino y repetición del 02 de octubre

El olvido paulatino y repetición del 02 de octubre

Cuando era morro, conocí la consigna de “2 de octubre no se olvida”, entré a la secundaria en 1998, en ese momento, la matanza de Tlatelolco seguía en forma de mito, la gente sabía que algo había pasado, pero desde el oficialismo había un silencio institucional sobre ese hecho aún, era vaya, uno de los tesoros discursivos de la “izquierda”.

 

LA CÁTEDRA 

Por: Mario Kato

 

Para conocer ese pasaje oscuro de la historia de México, tenías que ser conocido de alguien de aquella generación reprimida en los sesenta, o documentarte en fuentes especializadas en el tema. La televisión aún no incluía en cartelera, contenidos relacionados con Tlatelolco, y en una ciudad como Culiacán, tan lejana a los hechos, y tan llena de otro tipo de preocupaciones, era insisto difícil empaparse.

La UAS de pronto, era la única institución que rescataba algo de esa fecha negra, pero muchos de sus estudiantes, solo iban a la marcha, al desmadre, sin tener una idea clara de la magnitud de los hechos de 1968. Llegaron los años 2000, con la salida momentánea del PRI de los pinos, mucha de su historia negra y censurada, entró de lleno a la opinión pública y publicada, el 2 de octubre entonces emergió con más claridad en la sociedad.

El tema incomodaba en casi todas la prepas de Sinaloa, cuando los estudiantes los expresábamos de alguna manera, salvo las de la UAS en donde la efeméride causaba hasta suspensión de clases, pero en la memoria colectiva de mi generación, hubo algo de empatía, el 2 de octubre, ajeno y distante, tenía un sabor a algo de rebeldía, teníamos claro que era una deuda del gobierno mexicano con la sociedad, una herida sin cerrar.

Paradójicamente, hoy que conmemorar el 2 de octubre, es menos riesgoso que en los ochentas, noventas y principios de los dos mil, la izquierda partidista y no partidista, y la UAS, parecen haber sacado de sus agendas, el reclamo de justicia por las víctimas de Tlatelolco.

El 2 de octubre, sí se olvida, lo hace paulatinamente, quedará si acaso en los libros de historia, pero en la calle, ya no se ve manifestación alguna. La sentencia de “quién no conoce la historia esta destinada a repetirla”, ya se hizo efectiva en México, desde hace rato, a Tlatelolco 68, le siguió el Halconazo, la represión de la guerra sucia, las masacres de estudiantes en el Calderonato, y su repetición más icónica, Los 43 de Ayotzinapa. Una herida también censurada por el gobierno, que sin importar tiempos, ni color partidista, nos sigue negando la verdad.

Por cierto, el villano de todos esos capítulos, es el mismo que hoy un presidente intenta vestir de Héroe indispensable para nuestra seguridad.

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