Los Sindicatos fueron creados para defender a los trabajadores y sus derechos laborales, también para llevar las negociaciones de las condiciones de trabajo de manera colectiva, difícilmente un sindicalizado va a trabajar horas extras a cambio de una rebanada de pizza, y difícilmente le pedirán que “se ponga la camiseta”.
LA CÁTEDRA
Por: Mario Kato
Lamentablemente en nuestra cultura laboral, los sindicatos solo funcionan cuando el patrón es el gobierno. En el sector privado, son pocos los sindicatos que logran proteger los derechos laborales y contratos colectivos juntos, como el Sindicato de Telefonistas o el de ARCA, una de las embotelladoras de Coca – Cola.
En el sector privado, la mayoría de los sindicatos son fantasma, es decir, existen en papel pero no tiene una vida orgánica, las cajeras de los supermercados ni siquiera saben que están afiliadas a un sindicato, pero si reciben un descuento simbólico.
El truco de los sindicatos fantasma del sector privado no es esa cuota simbólica que le quitan al empleado, sino que la figura del sindicato por si mismo sirve para evadir impuestos y lavar dinero, en “prestaciones” que existen solo en papel y en un patrimonio sindical que administra, maneja y goza el mismo patrón.
Así que hablar de la vida sindical en el sector privado es ocioso, y hasta odioso, pues da coraje ver como algo que debería ser una herramienta para mayor justicia laboral, impunemente es un mecanismo de fraude de muchos “Honorables empresarios”.
Ahora bien, pasemos a los sindicatos públicos, esos donde sí hay vida orgánica, pero que la cultura de la corrupción del régimen político los ha contaminado a niveles inaceptables, que ha convertido a la mayoría de las dirigencias sindicales en mafias que controlan las instituciones y sectores públicos, lo cual es una de la principales causas de nuestra fallida vida institucional.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha jactado de que la reforma laboral que impulsó MORENA en 2019, ha traído mayor democracia a los sindicatos, lo cual, por lo menos en Sinaloa, es una completa falsedad.
El primer sindicato en realizar elecciones bajo la nueva reforma fue en Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en Sinaloa existen dos secciones ligadas a este enorme organismo, el SNTE 27 y el SNTE 53.
La sección 27 tuvo 4 planillas, pero resultó ganadora la planilla que tenía el apoyo del Comité Nacional, es decir, ganaron los mismos de siempre, lo cual en sí, no tiene nada malo, lo inaceptable es la forma en que ganaron, tuvieron el control del padrón de votantes, mismo que manipularon el día de la elección, además se vieron beneficiados por los horarios y centros de votación, la coacción del voto por parte de directores y supervisores fue evidente, a pesar de todas estas falta, la secretaría del trabajo, avaló la elección y le dio su toma de nota a Genaro Torrecillas.
En la sección 53, los actos antidemocráticos fueron aún más aberrantes, la dirigencia de este organismo esta bajo el control de Daniel Amador Gaxiola, un capo en toda la extensión de la palabra, se ha hecho millonario a costa del patrimonio sindical, ha usado el sindicato para beneficiar a familiares, amigos y lacayos de su proyecto político, y ha utilizado grupos de porros en algunas ocasiones hasta con armas de fuego, para atacar a sus críticos dentro del sindicato.
En la elección del SNTE 53, su dirigente en turno Fernando Sandoval ¡Hizo campaña!, a favor del candidato de la planilla naranja, Ricardo Madrid, quien resultó ganador. Sobraron evidencia de compra de votos, coacción del voto por supervisores y directores, incluso hubo audios de amenazas a trabajadores en centros de votación donde tuvo votos la oposición, se boicoteó la votación las Casas de Jubilados, que es donde más fuerza tuvo la planilla roja, que quedó en segundo lugar, a pesar de las tropelías.
La larga carpeta de evidencias e irregularidades, no sirvieron de nada, otra vez la Secretaria del Trabajo de la “Cuarta Trasformación” avaló la elección y entregó la toma de nota, con ello, perpetuando el cacicazgo de un mafioso priísta y socavando la democracia que presumen defender.