El pasado 5 de mayo se cumplió una año del asesinato del periodista Luis Enrique Ramírez, el 15 de mayo se cumplieron 6 años del asesinato de Javier Valdez Cárdenas.
LA CÁTEDRA
Por: Mario Kato
Dos hombres de formaciones y posturas diferentes, dos estilos narrativos diferentes, pero ambos nacidos en una ciudad sin ley, y veteranos de una profesión de alto riesgo y gran precariedad laboral.
Según las fiscalías, a Valdez lo mandó a asesinar el ego herido de un narcojunior, Dámaso López Serrano, alias el Mini Lic, para cuando se le inculpó como autor intelectual del crimen, ya se había entregado a las autoridades de Estados Unidos, mismas que hoy lo protegen.
En el caso de Luis Enrique, la Fiscalía de Sinaloa, insiste en que su homicidio no tuvo nada que ver con su labor periodística, sino que estuvo “en el lugar y momento equivocado”. La FGE ha hecho un pésimo papel en este caso, única persona detenida y un juez la liberó, por falta de pruebas.
Otros dos sospechosos de ser los autores materiales, tuvieron tiempo de sobra para darse a la fuga, peor aún, la Fiscalía declaró públicamente que la institución sabe el paradero de los homicidas, pero es “riesgoso” ir por ellos.
De paso, para terminar de lavarse las manos o el cuerpo entero, claro en términos metafóricos, doña Sara Bruna, sentenció que es culpa de la gente que estos dos hampones sigan libres, ya que la gente no los denuncia a pesar de las recompensas.
Sería bueno que la fiscalía decida, por un pretexto, o no los agarran porque no saben exactamente dónde están (culpar a la ciudadanía) o no los agarran porque les tienen miedo (es riesgoso), cualquiera de las dos excusas son iguales de patéticas.
Ya dijo el gobernador que en el caso de Javier, va a pedirle al canciller Marcelo Ebrard que busque la extradición del Mini Lic… ¡Que detalle! Ojalá se le hubiera ocurrido hacerlo desde el primer día de su mandato, para entonces la impunidad por el crimen de Valdez ya sumaba cuatro años.
En el caso de Luis Enrique, pues a esperar a que alguien les ponga de turrún a los matones a la Fiscalía y de preferencia dentro de la ciudad, para que no corran tanto riesgo por hacer su trabajo, aparte no se vayan a cansar y a estresar… Luego por eso ocupan clases de yoga.