Uno de los grandes vicios de la política mexicana, heredado de la “dictadura perfecta” en donde el PRI ejercía el poder absoluto, fue lo que hoy llamamos “Chapulineo”, es decir, llegar a un puesto solo para usarlo de trampolín para ir en busca de un puesto más grande.

LA CÁTEDRA 

Por: Mario Kato

La ruta tradicional del político priísta, era primero buscar una regiduría, después una diputación local, para darle paso a la diputación federal, y en la siguiente elección aterrizar como presidente municipal, para de ahí pelear la gubernatura.

Los ex gobernadores a su vez, tenían dos rutas para proyectarse a nivel nacional, la primera era buscar una escaño en el Senado, la segunda una Secretaría de Estado, ya de muy jodido se buscaba un cargo en el CEN del PRI, para ver si con un golpe de suerte se metían a las grandes ligas.

Estar en las grandes ligas, era estar en la órbita de la sucesión presidencial, algo que durante mucho tiempo se redujo a la Secretaría de Gobernación y a la Secretaría de Hacienda, los brazos más poderosos del presidente en turno.

Los tiempos fueron cambiando, surgieron estrategias como la del “Tapado”, y fue así como de pronto, no se sabía a ciencia cierta por dónde podría brotar el “elegido” por la dedocracia del presidente en turno, eso le abría el abanico de posibilidades para cualquier que estuviera en “las grandes ligas”.

Pues bien, la alternancia del año 2000 en la que el PAN llegó a la presidencia con Vicente Fox, y la competencia electoral se volvió más compleja, hubo un cargo en particular que cobró un valor mayor al que de por sí ya tenía, me refiero al cargo de Senador de la República.

Los escaños en el senado son fuertemente peleados para ser la antesala a una candidatura a gobernador, Ser senador, evita un desgaste por ejercer el cargo, ya que las responsabilidades con colectivas, además te da la garantía de tener un excelente sueldo por seis años, al representar a un estado legalmente puedes hacer proselitismo por toda tu entidad disfrazado de gestión.

Para muestra, en Sinaloa hoy nos gobierna un Senador con licencia, como lo es Rubén Rocha Moya, lo mismo pasa en Baja California Norte y Sur, Nayarit, Tamaulipas y Tlaxcala sólo por citar algunos.

En el caso de Sinaloa, también pasa algo curioso, y es que varios ex gobernadores han buscado salir del retiro con un escaño en la cámara alta, como lo fue el caso de Francisco Labastida, gobernador de 1986 a 1992, hasta el momento de los políticos aún con vida, ha sido el único en lograr ese “resurgimiento”, pues llegó al senado en el periodo 2006 – 2012.

Juan Millán (1998 – 2004) fue senador antes de ser gobernador, y tras dejar el gobierno no ha competido por cargos, aunque ha sido un actor determinante en la vida política de Sinaloa en los últimos 20 años; Jesús Aguilar (2004 – 2010) jamás llegó a la Cámara Alta y falleció este año.

Renato Vega Alvarado, tampoco tuvo más participación política tras dejar la gubernatura que muy a duras penas llevó (1992 – 1998), mientras que Mario López Valdez fue senador (2006 – 2010) antes de llegar al Tercer Piso del Palacio de Gobierno (2010 – 2016).

En el caso de este último personaje se rumora que busca ser candidato al Senado por parte del Partido del Trabajo (PT) o el Partido de la Revolución Democrática (PRD), lo cual sería su retorno a la arena política, la pregunta es ¿Para qué?

Los mismo se dice del ex gobernador Quirino Ordaz Coppel (2016 – 2021), sucesor de MALOVA y antecesor de Rocha, Ordaz buscaría ser postulado por el Partido Verde Ecologista, hoy Ordaz es Embajador de México en España, es el único gobernador de la era reciente que ha logrado obtener un cargo de mayor relevancia justo al terminar su gestión en Sinaloa, y no sorprende que su ambición sea lo que lo motive a buscar un escaño.

La pregunta es si la sociedad sinaloense cobrará factura por los escándalos de corrupción de ambos personajes que hoy buscarán revivir sus carreras políticas, cuando deberían estar tras las rejas.

Foto de portada: notimaxinforma.com/2022/04/04/malova-a-un-consulado-el-exgobernador-de-sinaloa-dice-que-no/