Hace 77 años el ejercito rojo llegó al mayor campo de exterminio nazi, donde quedaban 7,600 prisioneros en un devastador estado, y no se daban cuenta que los rusos intentaban ayudarlos. El 27 de enero de 1945 cambió la historia de la humanidad, pues no se imaginaban lo que ahí se encontraron.
El 27 de enero de 1945 el Ejército Rojo de Rusia, llegó al campo de concentración Nazi Aushwitz para liberar a los prisioneros de guerra que mantenía ahí el régimen de Adolf Hitler. Las personas que lograron escapar al horror de los hornos de Hitler estaban en un estado horrible, las personas apenas se podían sostener en pie, y lloraron de felicidad al verse rescatados.
Auschwitz-Birkenau, ubicado en Polonia fue el más grande de los centros de concentración donde se llevó a cabo la llamada “Operación Final” que no tenía otro objetivo que eliminar a la raza judía. De acuerdo a los datos se estima que fueron más de 6 millones de judíos, entre hombres, mujeres, niños y bebés los que fueron asesinados por los Nazis bajo las órdenes de Hitler.
Historia…
El campo de concentración de Auschwitz se encontraba 43 km al oeste de la ciudad de Cracovia. Ese fue el mayor centro de exterminio con el que contó el maléfico régimen nazista. Por este lugar pasaron alrededor de un millón trescientas mil personas; de echo se cree que allí murieron alrededor de un millón doscientos mil.
El 90% de los prisioneros fueron judíos, pero el lugar también fue la madriguera de todos los disidentes del régimen nacionalsocialista, de comunistas y también de prisioneros de guerra.
¿Cómo era Auzchwitz?
En la entrada del campo de concentración, había un cartel con la frase que terminó siendo una ironía letal: Arbeit macht frei (“El trabajo libera”). Irónica porque quienes ahí estuvieron no trabajaban sino que eran explotados en condiciones infrahumanas, el trabajo nunca los hizo libres.
Auschwitz fue en realidad, un complejo del horror integrado por tres plantas: Auschwitz I, en donde murieron 70.000 intelectuales polacos y miles de soviéticos.
Auschwitz II, en Birkenau, donde había las cámaras de gas y ejecutaron a la mayoría de prisioneros. También, tuvo barracas para mujeres desde 1942. Un tercer componente fue Auschwitz III, en Monowitz, en donde se hacían trabajos forzados. Además de estos tres centros, Auschwitz contó con otros 45 campos satélites.
En 1947, Auschwitz I y II se fusionaron en el Museo estatal Auschwitz-Birkenau y se puede visitar para comprender los crímenes de guerra que los alemanes cometieron en Polonia, durante la ocupación de ese país. En 1979, UNESCO lo reconoció Patrimonio de la Humanidad, como símbolo del exterminio que significó el Holocausto o Shoah.
A pesar de la gran cantidad de prisioneros que pasaron por Auschwitz, 700 intentaron escaparse de ese infierno; 300 lo lograron, pero el resto fue aislado hasta que murieran de hambre.
La llegada del ejercito soviético
El horror de los campos de concentración tarde o temprano salió a la luz. Dos fugitivos, Rudolph Vrba y Alfred Wetzler, contribuyeron con los Aliados, en 1944, para dibujar un mapa del campo de concentración. Meses más tarde, cuando en la Operación Bagration los soviéticos liberaron a su propio país de las tropas alemanas, las SS destruyeron las cámaras de gas de Birkenau, el 24 de noviembre de 1944, con la ilusión de borrar los rastros de sus crímenes de lesa humanidad.
Otros contribuyeron heroicamente para salvar prisioneros. Tal es el caso del soldado polaco Witold Pilecki, que se entregó para ir prisionero a Auschwitz, recabar información del lugar y enviarla clandestinamente a Varsovia, para que llegara Londres.
Diez días previos de que el Ejército Rojo llegara con sus tanques hasta Auschwitz, los jerarcas nazis ordenaron evacuar el campo y llevar prisioneros a Loslau. La mayoría estaba tan débil que no podía caminar y prefirió quedarse allí para esperar la muerte. No todos los prisioneros de los campos de concentración murieron en las cámaras de gas. Algunos morían por inanición, otros por trabajo excesivo y muchos por la propagación de enfermedades, como el tifus, la verdadera causa de muerte de Ana Frank, a los 16 años.
A los prisioneros enfermos que tardaban en recuperarse los mataban con la inyección letal de fenol que había preparado el Dr. Josef Mengele, experto en esterilizar legiones de mujeres judías en Auschwitz I. Durante ese tiempo, el nazismo también fomentó la prostitución dentro de Auschwitz. En 1943, a Heinrich Himmel se le ocurrió destinar la barraca 29 de Auschwitz II para que las prisioneras polacas satisficieran a los kapos colaboracionistas que hacían bien su tarea. Algunas incluso se ofrecían, porque allí sí se les daba una comida un poco mejor que el caldo con tres fideos que les llegaba día por medio.
A las 15 hrs. del 27 de enero de 1945, un grupo de la división de Infantería 332 del Ejército Rojo sorteó con suerte el perímetro minado y llegó a las puertas de Auschwitz. Allí encontraron 7.000 prisioneros enfermos y 600, ya muertos, sin enterrar. Su estado general era tan severo que ni siquiera se daban cuenta de que esas tropas habían ido allí para liberarlos.
En el crematorio, los soldados rusos encontraron nubes de cenizas y afuera, una montaña de 1.200.000 prendas de trajes y vestidos de hombres y mujeres. En la sala donde obligaban a desnudarse a los que iban a morir con gas, los investigadores recolectaron 7,7 toneladas de pelo. Afuera, fosas con huesos humanos.
No se sabía a ciencia cierta lo que estaban haciendo los alemanes en esos campos de concentración, pero tras la liberación y la publicación de las imágenes de un periodista de la BBC se logró conocer la realidad.
Por: Sugey Elenes
Fuente oficial de información: Perfil