En los últimos años, ante la creciente preocupación por la emergencia climática, las empresas del sector están tomando medidas significativas en el ámbito de la sostenibilidad.
En el año 2011, Edward Barber y Jay Osgerby crearon una silla-balancín para Vitra que rápidamente se convirtió en un símbolo. Casi una década después, la marca ha lanzado una versión considerablemente más ecológica, promoviendo la economía circular. Esta nueva iteración marca un hito para la empresa suiza al ser el primer producto fabricado con residuos domésticos reciclados.
El material se extrae de residuos locales en Alemania, se clasifican los metales y plásticos, se trituran y limpian, convirtiéndolos en granulado reutilizable. La versión reciente, lanzada recientemente, es de color natural gris, sin tintes añadidos, y completamente reciclable al final de su uso.
En 2015, desde el País Vasco, Iratzoki Lizaso y Alki crearon la primera silla del mercado hecha de bioplástico. Su carcasa descansa sobre una base de roble macizo. En 2021, ampliaron la colección con una versión más ligera gracias a una base metálica.
La fusión entre el estilo escandinavo de Fritz Hansen y la estética japonesa de nendo resulta en una silla versátil, fácilmente apilable. Fabricada con residuos de plástico doméstico reciclados en Europa Central, su respaldo plegado imita una hoja de papel. Este año, la familia crece con siete nuevas variantes de colores. Esto reduce el uso de recursos naturales y promueve la economía circular al transformar desechos en un material de alta calidad, llamado CIRCULAR ONE®. Este enfoque se ha aplicado a productos como la butaca Nuez Lounge diseñada por Patricia Urquiola.
