El PRI en Sinaloa, demostró que por más que diga lo que diga, sigue siendo lo mismo de siempre, lejos de aprovechar la oportunidad histórica de legitimarse ante la sociedad para cobrar un cacho de credibilidad en vísperas de 2024, prefirieron refrendar su métodos tradicionales.
LA CÁTEDRA
Por: Mario Kato
La semana pasada el PRI cambió su dirigencia estatal en Sinaloa, al mero DEDAZO, en la Ciudad de México, Alito Moreno tiró la línea a favor de Paola Gárate y Bernardino Antelo, y los operadores hicieron lo de siempre, simular un proceso abierto pero lograr que hubiera planilla única, para saltarse esa molesta cosa llamada democracia.
Nubia Ramos Carbajal, la ex presidenta municipal de El Fuerte, apareció a querer registrarse junto a Marcos Osuna, pero no “completaron la documentación”, por lo tanto su registro fue invalidado.
Como la misma Nubia exhibió los documentos faltantes son documentos que emite el CEN del PRI, y sí el CEN del PRI dió línea por la fórmula ganadora, es lógico que a ella no le llegarían jamás los papeles solicitados. El vicio del proceso venía desde su origen.
Lanzaron una convocatoria que pedía requisitos que solo podrían cumplir quien el “árbitro” quisiera, ya que ese mismo árbitro es el que emite las constancias de dichos requisitos, el PRI siendo el PRI, aplicando su tradicional DEDAZO.
En el nuevo PRI, o sea Morena, por lo menos se pusieron creativos, AMLO ha disfrazado el dedazo con sus famosas encuestas, ya logró alinear a todos los aspirantes quienes firmaron el convenio de participación.
Será una encuesta hecha por MORENA, con cuatro encuestas espejo realizadas por encuestadoras privadas, las que definan al candidato o candidata presidencial del oficialismo en 2024.
No se usted, estimada lectora o lector, pero sospecho que el queso ya se repartió y la encuesta es pura faramalla, AMLO encontró la manera de dejarlos contentos a todos para lograr su ansiada “UNIDAD”.