La planta de Three Mile Island, escenario del mayor accidente nuclear en la historia de EE.UU., se alista para reabrir.
El objetivo principal es suministrar energía a Microsoft para satisfacer su creciente demanda y, a la vez, controlar sus emisiones de carbono. A medida que los centros de datos dedicados a la inteligencia artificial (IA) se expanden, las grandes empresas tecnológicas requieren cada vez más energía. La energía nuclear, que emite casi cero carbono y es considerada más confiable que otras fuentes como la solar o eólica, se ha vuelto una opción muy solicitada.
En este contexto, Microsoft anunció un acuerdo de compra de energía por 20 años con Constellation Energy, propietaria de la planta, para reabrir el centro nuclear en 2028, sujeto a la aprobación de los reguladores estadounidenses.
Símbolo del “renacimiento” de la energía nuclear
Constellation Energy detalló que el plan es reabrir la Unidad 1 de la planta en Pensilvania, la cual fue construida hace 50 años y cerrada en 2019 debido a razones económicas.
La Unidad 1 es “totalmente independiente” de la Unidad 2, que estuvo implicada en el accidente de 1979 y no volverá a operar, ya que está en proceso de desmantelamiento. Aunque no hubo víctimas fatales ni heridos, ese accidente nuclear es recordado por los estadounidenses como el peor en la historia del país.
Una combinación de fallos mecánicos y errores humanos provocó una fusión parcial en el reactor, lo que liberó gases radiactivos y yodo al ambiente. Esto generó un profundo temor y desconfianza en la sociedad, frenando el desarrollo de la energía nuclear durante décadas. Sin embargo, el renovado interés por la energía nuclear, impulsado por los avances en la IA, ha comenzado a cambiar la percepción pública.
El director ejecutivo de Constellation, Joe Dominguez, afirmó que el acuerdo con Microsoft representa un “símbolo poderoso del renacimiento de la energía nuclear” como una fuente limpia y confiable. En una declaración pública, Dominguez agregó que las plantas nucleares son actualmente las únicas capaces de suministrar energía libre de carbono de manera constante y abundante. Sobre la Unidad 1, que planean reabrir, señaló que “antes de su cierre prematuro por razones económicas, era una de las plantas más seguras y confiables de la red”, y agregó que esperan recuperarla con un nuevo nombre y misión renovada.
Por su parte, Bobby Hollis, vicepresidente de Energía de Microsoft, calificó el acuerdo como un “hito importante” en los esfuerzos de la empresa para descarbonizar la red y cumplir su compromiso de ser una compañía con huella de carbono negativa. Constellation Energy planea invertir 1.600 millones de dólares para modernizar el reactor, con una operación aprobada hasta 2054. Según un estudio de The Brattle Group citado por Constellation, la reapertura de la planta generará 3.400 empleos directos e indirectos y producirá más de 800 megavatios de electricidad, suficiente para abastecer a unos 800.000 hogares.
A pesar de estos ambiciosos planes de reactivación, no todos en Pensilvania están de acuerdo con la propuesta. Un grupo de ciudadanos locales ha manifestado su rechazo de manera pública, mostrando su descontento y preocupación por los posibles riesgos asociados con la reapertura de la planta nuclear.
A principios de este mes, estos residentes participaron en protestas organizadas en diversas localidades del estado, expresando abiertamente su oposición a la posible reactivación del centro nuclear. Para muchos de los manifestantes, el recuerdo del accidente de 1979 sigue siendo motivo de inquietud, lo que ha alimentado el temor a repetir un desastre similar y ha provocado una fuerte resistencia dentro de algunas comunidades cercanas a la planta.