Miles de agricultores han salido a las calles para exigir un precio justo a sus cosechas, 7 mil pesos por tonelada de maíz, 8 mil pesos por tonelada de trigo. Si no venden a ese precio su cosecha, se van a la bancarrota este año.
LA CÁTEDRA
Por: Mario Kato
Las movilizaciones fueron en por lo menos cuatro estados, Baja California, Sonora, Sinaloa y Tamaulipas, en algunos lugares han sido más radicales, por ejemplo en Mexicali los trigueros tomaron la fábrica de La Moderna y amenazaban con cerrar el puente que une Sonora y Baja California.
En Sinaloa, los maiceros tomaron las plantas de Pemex en Topolobampo, Guamúchil y Culiacán. Pero desactivaron los bloqueos para tener diálogo con el gobierno que ya amenazaba con reprimirlos.
El gobierno federal no ha querido entrar al problema de fondo, que es el casi monopolio que existe a nivel nacional en la comercialización de estos dos granos, trigo y maíz. Son no más de cinco empresas las compran la producción a nivel nacional, para producir principalmente harinas.
El asunto es que estás empresas recurren constantemente a la especulación, es decir, guardan reservas de grano, para forzar al mercado según su conveniencia, tienen la reservas suficientes para atrasar la compra de las nuevas cosechas y por tanto llegar a los agricultores a un periodo de desespero.
O me vendes al precio que yo quiero, o simplemente no te compro hasta que te veas en la necesidad de hacerlo, y sí al precio que yo quiero, esa es la postura de las empresas que compran estos granos.
El gobierno de la 4T ha pretendido “forzar” al mercado comprando mil millones de toneladas de maíz, pero los grandes industriales ya dejaron claro que no piensan pagar más de 5 mil pesos en promedio por las cosechas de este año.
La compra de granos por parte de SEGALMEX solo beneficiará a unos cuantos y por este año, el otro será la misma situación de incertidumbre para los productores, la solución implica regular la industria, pero parece que eso es algo que el gobierno de la “transformación” no está interesado en hacer.