Empatía es la capacidad que tenemos de sintonizarnos con el otro y sus necesidades.

Es ver con respeto la situación de vida que está transitando. Es actuar desde un lugar de compasión y con un genuino deseo de ayudar para que las circunstancias que le afectan, sean leves y pasen pronto. La empatía es también la que nos invita a dejar de ser “yo”, para convertirnos en “nosotros”.

Y es esta emoción, que en tiempos de pandemia ya es una virtud, la que nos invita a cuidarnos y a cuidar, es la que nos recuerda antes de salir a la calle, que es importante pensar en el médico, la enfermera, el transportista, la empleada del super, el chofer, el personal de limpieza, es ayudar a estas personas a bajar las curvas de la enfermedad, colaborando con la sana distancia, y las medidas de higiene y cuidado personal requeridas en estos tiempos, ¿es esto demasiado esfuerzo? Personalmente creo que no.

Lo que sí creo que es esfuerzo son las largas jornadas laborales de los médicos, el lidiar con el miedo a contagiarse y el ver de frente a la muerte cada día…y tan solo imagina, si ese pensamiento “yoyista” del que te hablaba líneas arriba imperara en ellos, muy probablemente la cifra de personas que mueren por esta enfermedad se elevaría exponencialmente.

Así que te invito a que no seamos parte del grupo de personas que piensan “que se salve el que pueda y como pueda”, que no seamos parte de los seres humanos que viven los eventos con memoria corta y sin sentido de responsabilidad colectiva.

Te invito también a que nuestras acciones en tiempos de pandemia sean recordadas por nosotros y por nuestros hijos como actos de verdadera empatía, compasión y altruismo. Estos tiempos extraordinarios requieren una actitud extraordinaria.

Por: Rocío Munguía
Terapeuta familiar / ASHANTI Espacio Terapéutico.
Colaboración original para www.Tenemosquehablar.com.mx