Evo Morales, expresidente de Bolivia, ha comenzado una huelga de hambre para exigir mayor presencia de observadores internacionales en su país.
La huelga de Morales tiene lugar en un contexto de alta tensión política en Bolivia, donde se han registrado protestas y llamados a la intervención de organismos internacionales. Morales, una figura controversial en la política boliviana, busca que la presión de entidades internacionales ayude a resolver la crisis.
El expresidente sostiene que la democracia en Bolivia está en riesgo y que la intervención internacional podría asegurar un ambiente más justo y transparente. La huelga de hambre es una estrategia que Morales ha empleado en el pasado para llamar la atención hacia causas que considera fundamentales.
Esta acción ha generado opiniones divididas entre sus seguidores y detractores, quienes ven en la huelga una medida extrema pero efectiva para su propósito. Los sectores de oposición, sin embargo, consideran que el líder intenta polarizar aún más la situación en el país.
Se espera que organismos internacionales como la OEA o la ONU respondan a la solicitud de Morales. Por el momento, la huelga de hambre se mantiene como un llamado de alerta hacia las autoridades bolivianas y la comunidad global.