La democracia sindical en la Cuarta Transformación se parece mucho a la del viejo régimen, a pesar de la reforma que hizo el poder legislativo en 2019, viejos liderazgos “morales” merodean en las oficinas de los dirigentes en turno y siguen mandando por medio de ellos, caciques pues, que han convertido en gerentes a los Secretarios Generales electos mediantes elecciones no tan democráticas.
LA CÁTEDRA
Por: Mario Kato
Hoy hablaremos del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado (STASE), en el qué en los últimos veinte años el poder se ha concentrado en dos personajes, Gabriel Ballardo y Armando Heráldez.
El proceso de elección para ocupar la secretaría general del STASE en el periodo 2023 – 2026, ha iniciado, e increíblemente hay solo dos plantillas, la roja que encabeza Michel Benítez y la azul que encabeza María Elena Armenta.
Hablando con algunos amigos que pertenecen a dicho sindicato, hay poca credibilidad en el proceso y las planillas, ya que todo indica que ambas tienen lazos con alguno de los caciques antes mencionados.
En el caso del joven Benítez quien ya fue miembro del comité hasta hace unos meses como director del JAFE, y que participó en la también planilla roja del proceso anterior que encabezó Teresa Ochoa, actual dirigente, se le relaciona como un alfil de Ballardo.
Por su parte, a Armenta se le ubica como alfil de Heráldez, prueba de ello que tiene el apoyo de personajes como Juan Gabriel Chinchillas y Yesenia Rojo, personajes que le sacaron bastante jugo a la administración de Don Armando, la más longeva hasta hoy, pues se aferró al poder 6 años consecutivos.
Además, se dice que la esposa de Heráldez forma parte de la planilla azul, lo cual refuerza más la teoría de que el actual líder de la CATEM en Sinaloa, es el verdadero liderazgo detrás de dicha candidatura.
Para los trabajadores con criterio en el STASE que son la mayoría, y que no forma parte de alguna de las planillas o grupos de estos dos caciques, no hay mucha motivación por votar, ya que no creen que el cambio de dirigencia represente un verdadero cambio en la vida sindical, gane quien gane.
Ambos candidatos son personajes emergentes en la política sindical, y son jóvenes, sobre todo Michel que apenas ronda los 30 años, la pregunta clave es si una vez sentados en la silla, serán capaces de romper con quienes ahora son identificados como sus “padrinos”, ¿Tendrán la capacidad y los tamaños para forzar un relevo generacional?