La principal plataforma de alquiler de hospedaje turístico solo dispone de alrededor de diez camas disponibles para esas fechas en NY. Esto no se debe a la falta de espacio, sino a la amenaza que representa una reciente legislación para su negocio.
Los anuncios han desaparecido de manera abrupta debido al temor de los anfitriones a enfrentar multas que oscilan entre los 100 y los 1,000 dólares por una primera violación.
Sin embargo, el problema no se limita únicamente a las posibles sanciones; simplemente, los anfitriones no pueden poner sus propiedades en alquiler sin obtener una licencia otorgada por la ciudad.
Pero lo más preocupante es que la Ley Local 18, también conocida como la Ley de Registro de Alquileres a Corto Plazo, que entró en vigor este martes, establece un límite máximo de dos personas por anfitrión y les exige estar físicamente presentes en la vivienda durante la estadía, que no puede extenderse más allá de los 30 días.
Si no se cumplen con todas estas condiciones, será imposible obtener una licencia por parte de la Oficina de Ejecución Especial (OSE) de Nueva York para operar en plataformas como Airbnb, Booking.com o Vrbo.
El proceso de solicitud conlleva un costo de 145 dólares. En caso de ser aprobada, la vivienda recibirá un número de registro que será visible en el perfil en línea del anfitrión.
Después de una década de crecimiento de estas plataformas con relativamente pocas restricciones, ser anfitrión se había convertido en un negocio rentable y una ocupación a tiempo completo para muchas personas en la ciudad. Sin embargo, esta forma de vida llegó a su fin el martes.
¿Cuál fue la respuesta de Airbnb?
La reciente regulación fue comentada por Theo Yedinsky, quien ocupa el cargo de director de política global en la plataforma con sede en San Francisco. Airbnb expresó que estas normativas representan un golpe significativo para la economía turística de la ciudad.
Subrayó que la ciudad está transmitiendo un mensaje inequívoco a los millones de posibles visitantes, indicando que tendrán menos opciones de alojamiento durante su estancia en la ciudad y que no son bienvenidos.
Además, mencionó que Airbnb ha colaborado intensamente con las autoridades en un esfuerzo por llegar a un acuerdo.
Quienes hayan realizado reservas con anticipación a la entrada en vigor de la nueva ley no necesitan preocuparse. Airbnb ha anunciado su intención de respetar las reservas efectuadas antes del 5 de septiembre, siempre y cuando las estancias se lleven a cabo antes del 1 de diciembre. Los huéspedes que cumplan con estas condiciones recibirán un reembolso del costo del servicio.
Sin embargo, a partir de la fecha mencionada, Airbnb procederá a cancelar y reembolsar las reservas realizadas en propiedades que no estén certificadas.
El objetivo que busca lograr la ciudad con esta reciente legislación es abordar el problema de la escasez de viviendas, que ha provocado un aumento significativo en los costos de alquiler y ha llevado a muchas personas a abandonar sus hogares, especialmente desde la masiva afluencia de residentes que regresaron a la vida normal tras las restricciones.
Fuente: El economista