Un docente de la Universidad de Harvard afirma haber recuperado fragmentos de una nave extraterrestre del océano. Según su testimonio, posee 50 fragmentos que son indicativos de tecnología alienígena.
El científico de la Universidad de Harvard, el profesor Avi Loeb, ha realizado una afirmación audaz que ha generado un gran revuelo tanto en la comunidad científica como entre los entusiastas de la vida extraterrestre.
Según sus declaraciones, ha descubierto restos de una nave espacial alienígena en el lecho del Océano Pacífico, cerca de Nueva Guinea.
Loeb afirma haber recuperado alrededor de 50 fragmentos pequeños de hierro esférico que, según él, pertenecen a una tecnología extraterrestre.
Este descubrimiento está relacionado con el avistamiento de una bola de fuego en enero de 2014, un meteoro que fue detectado por los sensores del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, encargados de rastrear objetos en la atmósfera terrestre.
El objeto en cuestión, designado como CNEOS 20140108 o IM1, mostró una velocidad excepcionalmente alta y se estrelló en el Océano Pacífico Sur, cerca de Papúa Nueva Guinea. El profesor Loeb se interesó en este meteoro debido a su trayectoria y velocidad inusual, planteando la posibilidad de que se tratara de un meteoro interestelar.
Después de investigar la base de datos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA, Loeb trazó la ruta de la trayectoria del IM1 y concluyó que probablemente había caído en el Pacífico Sur.
Utilizando un poderoso imán, su equipo realizó una búsqueda en la zona y logró encontrar material que podría ser atribuido al meteoro interestelar.
El material recuperado consiste en pequeñas esferas metálicas con un diámetro aproximado de medio milímetro cada una. Aunque estas esferas no constituyen pruebas definitivas de un origen extraterrestre, investigaciones previas han descubierto muestras similares de origen espacial en el lecho marino.
Durante la expedición HMS Challenger, que tuvo lugar entre 1872 y 1876, se encontraron gotas metálicas que fueron descritas como “esférulas cósmicas”. Según Science Alert, estas gotas espaciales adquieren una forma esférica debido a que se solidifican a partir de material fundido que es expulsado de la superficie de los meteoritos mientras atraviesan la atmósfera terrestre.
El profesor Loeb va más allá y sugiere que este material no solo proviene del espacio, sino del espacio interestelar, lo que sería un hallazgo sin precedentes. Según él, esto podría ser la primera vez que los seres humanos tienen en sus manos material proveniente del espacio interestelar.
La afirmación del profesor Loeb ha generado un gran interés y debate en la comunidad científica.
Mientras algunos expertos se muestran escépticos y consideran que se necesitan más pruebas, otros están entusiasmados con la posibilidad de que este hallazgo pueda brindar pistas sobre la existencia de vida extraterrestre y tecnología avanzada de otras civilizaciones.
El descubrimiento de restos de una nave extraterrestre potencialmente abriría nuevas puertas en el campo de la astronomía y la astrobiología.
Sin embargo, hasta que se realicen más investigaciones y se obtengan pruebas adicionales, esta afirmación seguirá siendo objeto de escrutinio y análisis por parte de la comunidad científica.
Es importante destacar que hasta el momento ninguna autoridad ha confirmado la existencia de vida extraterrestre.
Fuente: El debate