Como salido de la película de Jurassic Park, el resurgir de especies consideradas extintas hoy, podrían estar entre nosotros tan rápido como en 10 años. O por lo menos, este es el plan de “Colossal Biosciencies”; una startup de Texas, que planea traer a la vida al extinto tigre de Tasmania.
El plan de 10 años traería de vuelta al “Tigre de Tasmania” o “Thylacines”, un marsupial parecido a los perros originario de Australia, para sorpresa de nadie. Estos “tigres” eran vistos como peste y fueron cazados hasta su extinción, con el ultimo muriendo en un zoológico de Australia en 1936.
El año pasado, Colossal anuncio su meta de “revivir” al Mamut para el 2027. Hoy, después de recaudar 75 millones de dólares de inversores entre los cuales se encuentran polémicos gemelos Winklevoss, Colossal anunció que dedicara 10 millones al proyecto de los tigres de Tasmania. La empresa cree firmemente que la tecnología para traer de vuelta especies perdidas de animales ya existe.
“Estamos interrogando cada parte del genoma del tilacino”, dijo a CNET Andrew Pask, profesor de biología evolutiva en la Universidad de Melbourne que trabaja en el proyecto. “Es un esfuerzo costoso y que requiere mucho tiempo, pero ahora podemos descubrir esas ediciones [de ADN] esenciales que necesitamos para hacer ese tilacino”.
Aunque optimista, el equipo está atascado en el primer paso de un proceso de seis pasos. Para “des-extinguir” al tigre de Tasmania, los científicos tendrán que descifrar todo su genoma. Luego, tomarán células de un pariente vivo cercano, crearán un embrión, cuidarán el embrión en una bolsa, sacarán el embrión de la bolsa para alimentarlo y cuidarlo, y lo harán crecer hasta la edad adulta. Pask planea completar este proceso dentro de la década.
El equipo ha decodificado el 96% del genoma del tigre de Tasmania, según Pask, pero el 4% restante es el más difícil, dijo. El pariente cercano que planean usar es el dunnart de cola gorda, un marsupial del tamaño de un ratón (en comparación con el tilacino del tamaño de un perro), separado por 40 millones de años de evolución.
Pareciera un progreso más congruente para lo que alguna vez se considero una obra maestra de la ciencia ficción. Por que aventurarse con especies de dinosaurios nunca vistos, cuando podrías empezar con especies mucho más recientes y con relativos vivos que podrían funcionar como vientres sustitutos. Lo cierto es que, de lograrse, esto abre una caja de Pandora en esta obsesión del ser humano por dominar la creación de la vida en el planeta.
Por Xico Castro